Contar un cuento sin palabras
Este mes de febrero la editorial Cameo DVD, con su habitual dedicación por el cine independiente que a la vez sabe conectar con un público mayoritario, edita un título llamado a convertirse en película de culto de la generalmente poco valorada cinematografía española: Blancanieves, de Pablo Berger, adaptación muy libre (tanto, que por momentos se olvidan sus correspondencias con el cuento original) de la tantas veces revisitada obra de los Hermanos Grimm. La película partía como gran favorita para los Goya de este 2013 con dieciocho candidaturas (ganando finalmente diez, entre ellos el de Mejor Película), convirtiéndose así en la segunda con más nominaciones de la discreta historia de estos premios, por detrás de Días contados (Imanol Uribe, 1994) que obtuvo diecinueve, y a la par de La Niña de tus ojos (Fernando Trueba, 1998), esta última a la que les une su componente eminentemente folclórico y su cuidada dirección artística. Además, Blancanieves es la candidata española a Mejor Película de habla no inglesa en la presente edición de Los Oscar (aún no celebrada) y una de las triunfadoras en la última entrega de los premios Gaudí, que otorga la Acadèmia del Cinema Català.

En la versión de Berger la Madrastra no mira el “espejito mágico” sino el Lecturas...
A pesar de tal presentación, por la que uno podría pensar que está ante la película española más taquillera del año, lo cierto es que el estreno, justo el año anterior, de la encumbrada The Artist (Michael Hazanavicius, 2011) le ha hecho sombra injustamente [1]. Su original propuesta radica en trasladar el cuento que popularizara Walt Disney a la Sevilla de los oscuros años 20 del siglo pasado y, a su vez, construir de acorde a esta ambientación, la fórmula estética del film. Así, tanto narrativa como formalmente, la película se ve afectada por un imaginario que bascula entre referentes tan dispares como el Eric Von Stroheim que elogia el primer plano, el Eisenstein de frenético montaje fragmentario o el realismo mágico francés de vanguardia de, por ejemplo, Jean Cocteau; sin que esto signifique otorgar una intensidad dramática tal, que lastre el desarrollo narrativo del conjunto. Todo ello, a su vez, congeniado en una ambientación con reminiscencias almodovarianas, entre el melodrama y el esperpento de tintes claramente ibéricos, donde la tauromaquia y el flamenco se erigen como elementos distintivos y definitorios de la arriesgada propuesta. El resultado es, sorprendentemente y a pesar de lo que podría temerse, una virtuosa alquimia en la que tanto la imagen como la banda de sonido [2] se combinan a la perfección en un producto hipnóticamente fresco, poético y de bella factura. Tan cuidada como esta, era la dirección artística del primer film de Berger, Torremolinos 73 (2002), otra apuesta por rescatar del pasado (en aquella, menos remoto) ciertos estereotipos costumbristas de la cultura española, a partir del género de la comedia y con una iconografía kitsch realmente conseguida, que parece persistir, aunque mejor integrada, en Blancanieves.

...y los Enanitos no son 7 sino 6... y ¡toreros!
Esta edición en DVD que nos presenta Cameo ofrece una gran calidad de visionado (que potencia las virtudes de su cuidada fotografía) en formato 16:9 aunque, y esto es muy de agradecer, respeta la proporción en 1,33:1 (o 4:3) de la imagen original del film. En los extras encontramos un interesante making off en el que, uno por uno, los responsables de los diferentes departamentos principales de la película explican su labor y sus referentes a la hora de afrontar la elaboración conjunta del proyecto. Una película, por tanto, cuidada con mimo en cada uno de sus frentes artísticos, que aparece en el mercado doméstico cuando más ganas hay de visionarla.
Notas:
- Película que también rescata engañosamente el estilo y la narrativa del cine mudo para, en su caso, intentar revivir el pasado glorioso que tuvo el Hollywood del primer cuarto de siglo XX. ↑
- La película es silente y con intertítulos, pero cuenta con una espléndida banda sonora compuesta expresamente para el film. ↑