‘Superhéroes. Del cómic al cine’ (Tonio L. Alarcón)

Dios bendiga a Richard Donner

No es nada difícil recordar cómo hace unos años las únicas películas de superhéroes que se podían disfrutar eran el Superman de Richard Donner (1978) y los Batman de Tim Burton (Batman, 1989, y Batman Returns, 1992), películas que no sólo eran un éxito entre los fans sino que también eran altamente aclamadas por la crítica, lo que permitía a los lectores de cómics defender con orgullo la fuente de buenas ideas que la novela gráfica podía significar para el cine. No obstante, pronto las no tan brillantes secuelas del film de Donner y la aberrante continuación de la saga del hombre murciélago que llevó a cabo Joel Schumacher en Batman Forever (1995) y Batman & Robin (1997) devolvieron al cine de superhéroes la imagen de un producto secundario de ínfima calidad. Dicha imagen negativa se alimentó con intentos de adaptaciones de cómics que acababan por ser películas de muy baja calidad como El Cuervo (Alex Proyas, 1994) o Spawn (Mark Z. Dippé, 1997). Fue en X-Men (Bryan Singer, 2000) donde el cine de superhéroes dio su verdadero salto demostrando que, basándose en un cómic, era posible hacer una película correcta, equilibrada, adulta y madura, la cual, siendo fiel al espíritu de la fuente, hacía las delicias de los fans y al mismo tiempo satisfacía a la crítica. Desde entonces en estos últimos diez años hemos sido testigos de las continuas adaptaciones de historias de superhéroes a la gran pantalla, unas más correctas y exitosas que otras, pero todas ellas han acabado por conformar lo que ya ha dejado de ser un subgénero para convertirse en un género más a la altura del resto de oferta comercial de las majors de Hollywood.

En este punto es donde se sitúa el libro Superhéroes. Del cómic al cine del crítico de cine y ensayista Tonio L. Alarcón. Como él mismo dice en su prefacio:

“El presente volumen pretende paliar un defecto, en general, bastante extendido entre la crítica cinematográfica de nuestro país: el descuido con el que se tratan las adaptaciones de cómics de superhéroes, ignorando la tradición que cada personaje hereda de sus colecciones propias, y sobre todo obviando hasta qué punto la película en cuestión respeta o no la esencia de su protagonista. En un país en el que el tebeo sigue viéndose como un arte menor, una afición infantil, da la sensación de que el comentarista no tiene por qué molestarse en realizar un pequeño esfuerzo de investigación que, seguramente, enriquecería más su texto que otro tipo de referencias mucho más obtusas”. [1]

Y es que lo que lleva a cabo el autor en este libro es un recorrido conciso y fascinante por todos los superhéroes que han sido llevados al cine, desde sus orígenes en las viñetas, pasando por los seriales televisivos y las adaptaciones de animación, hasta llegar a sus versiones cinematográficas. Su análisis se centra en la temática superheroica americana, dejando de lado la tradición europea y la japonesa a las que reconoce se les haría un flaco favor al darles un tratamiento pequeño cuando lo merecen mucho mayor. Y, aunque se reconoce como un defensor de centrar la crítica cinematográfica más en el cómo que en el qué, opta en este libro por dejar de lado el análisis hondo e intenso enfocado hacia la puesta en escena. Por tanto, el lector de Superhéroes. Del cómic al cine tiene ante él un texto más ameno, ligero, cómodo y fresco, centrado en el desarrollo argumental de las adaptaciones y en la construcción de los personajes en su paso de la viñeta al celuloide. De esta forma, Tonio L. Alarcón escribe un compendio que no cesa de dar continuas referencias para todos aquellos que necesiten o quieran saber cuál es la historia de un superhéroe u otro, cuáles son los motivos de su evolución a lo largo de los años, las razones que le llevaron a ser adaptado de una forma u otra en un determinado formato, las causas que le condujeron a su triunfal o fallida versión cinematográfica y las consecuencias que ello produjo. La opción que el autor escoge al no llevar a cabo análisis incisivos y profundos de los films es la correcta, ya que incluir ese tipo de análisis en el libro habría acabado convirtiéndolo en un monstruo textual tremendamente arduo y denso.

“Mucho antes de convertirse en el máximo responsable de la primera trilogía cinematográfica consagrada a Spiderman, Sam Raimi andaba ya detrás de alguna licencia superheroica que pudiera llevar a la gran pantalla –y que le permitiera demostrar que podía hacer algo más que rodar cine de terror de serie B–. Aunque pujó por ellos, tanto La Sombra como Batman se le escaparon, y ante la imposibilidad de lograr los derechos de algún otro personaje, el director decidió que lo mejor era crear el suyo propio, desde cero.” [2]

Así comienza el capítulo dedicado al superhéroe creado por Sam Raimi directamente para el cine: Darkman. Y como podemos comprobar en el fragmento citado, el estilo de introducir el tema y los datos es fresco y jugoso, un estilo que invita a la curiosidad y al divertimento, lo que permite que este libro didáctico se convierta también en una entretenida forma de aprender y leer sobre cine. Por otro lado, este ejemplo permite comentar otro acierto de Superhéroes. Del cómic al cine y es el de incluir en sus páginas a los superhéroes creados directamente para el cine, los cuales no son adaptaciones de ningún tipo. Ello permite que este compendio repase películas tan interesantes como Darkman (Sam Raimi, 1990), El protegido (Unbreakeable, M. Night Shyamalan, 2000), Los Increíbles (Brad Bird, 2004), Hancock (Peter Berg, 2008) y Super (James Gunn, 2010), lo que conlleva observar cómo la interrelación entre cómics y cine ha ido estableciendo un lazo cada vez más intenso y estrecho.

En definitiva, Superhéroes. Del cómic al cine es una herramienta útil, interesante y divertida, editada en un formato cómodo, y sobre todo con un acertadísimo gusto por las ilustraciones que hay en todas y cada una de las páginas, tanto de pósters o imágenes cinematográficas como de fotografías de series de televisión, dibujos de cómics, etc.; un acompañamiento visual perfectamente integrado con el texto que convierte la lectura del libro en una auténtica gozada tanto para fans acérrimos como para estudiosos o simples curiosos. Es este un libro necesario, un libro que abre la puerta a que la crítica cinematográfica española acabe por tomar verdaderamente en serio este género cinematográfico sin menospreciarlo, y asimismo un libro que establece las bases para llevar a cabo muchos más estudios y análisis sobre el mundo de los superhéroes en el cine. Qué lejos parece quedar ya el momento en el que se inició todo con el importantísimo Superman de Donner en 1978, ante lo que concluyo sencillamente recomendando encarecidamente este libro y lanzando un agradecimiento de júbilo: Dios bendiga a Richard Donner.

Notas:

  1. ALARCÓN, Tonio L.: Superhéroes. Del cómic al cine, Madrid: Calamar Ediciones, 2011, p. 9. 
  2. Ídem, p. 243. 
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4 respuestas a ‘Superhéroes. Del cómic al cine’ (Tonio L. Alarcón)

  1. Enrique Aguilar dijo:

    ¿El cuervo una “película de muy baja calidad”? No conozco el cómic así que no puedo valorar la adaptación. Ahora bien, la película de Proyas me parece alucinante. ¡Cuánta negrura existencial, más que post-punk, (neo)gótico que taladra el cerebro! No creo que podamos situar esta película a la misma altura (¿bajura?) que el bodrio de Spawn.

    • Xavi Torrents dijo:

      Entiendo tu indignación por el comentario que he hecho de El Cuervo. Ciertamente la he metido en la misma bolsa que el bodrio aberrante de Spawn, lo cual no es justo para la película de Proyas. Aunque personalmente creo que es un film que únicamente brilla por su atmósfera de “negrura existencial, más post-punk, (neo)gótico que taladra el cérebro” que tú comentas. Esa atmósfera no la convierte en una buena película, sino en una película que mola mucho. En ese inicio del artículo me refería a que hasta que no llegó X-Men (Bryan Singer, 2000) las propuestas que se hacían de adaptaciones de superhéroes eran precisamente aquellas que no pensaban en la posibilidad de hacer una película buena y respetable con material basado en cómics. Proyas crea una atmósfera muy correcta para su film, pero se le nota esa desconfianza que reinaba entonces en que el material del cómic no era visto como una fuente seria, por eso su film no acaba siendo la excelente obra maestra que podría haber sido. Eso cambió con X-Men, por eso la comparación y el contraste que he hecho en el texto.
      Entiendo tu indignación (y la de más gente a la que le pueda haber molestado), aunque me sorprende un poco que ante la relevancia e importancia reivindicativa del libro de Tonio lo que más te haya interesado de lo que se comenta en el texto sea esto.

      • Enrique Aguilar dijo:

        Xavi, no puedo comentar el texto con profundidad mientras no me haga con el libro de Tonio. La reseña ayuda a decidirse por él, eso seguro. En cuanto a El cuervo, no nos quedemos con el exabrupto de “negrura existencial, más que post-punk, (neo)gótico que taladra el cerebro”. El film es mucho más, hay todo un trabajo sobre la figuración del héroe como arquetipo (cinematográfico) que es sumamente interesante: la caída y muerte de un hombre, la resurrección de su cuerpo, su transformación en héroe vengador… puestos a jugar con el cuervo y el anillo llegaríamos al Canto de los Nibelungos (¡!). Cabriolas aparte, no estoy convencido de que podamos atribuir todos los desajustes del film a una supuesta “desconfianza” de Proyas hacia el comic como “fuente seria”. Algo de eso habrá, es muy probable. De todas maneras me asalta la duda, quién sabe, quizá la muerte de Brandon Lee a mitad de rodaje pudo ser la razón principal para que la película no acabase siendo una obra maestra.

        • Xavi Torrents dijo:

          Sí, tienes razón en que todos los desajustes del film no deberíamos quizás atribuírlos únicamente a la falta de confianza en la fuente que adapta; estoy contigo en que El Cuervo acabó siendo uno de esos films muy accidentados, sobretodo por la muerte de Lee. Siempre se puede caer fácilmente en lo reductivo al “etiquetar” un film de bueno o malo cuando sabemos los numerosos condicionantes que pueden influir en el resultado final de cualquier película. De todos modos, muchas gracias por tus comentarios Enrique.

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